EL INGENIOSO CONEJO PERICO
Perico era un conejo con el pelaje de color blanco que vivía
placidamente en su casita del campo donde era feliz.
Todos los días se acercaba a un pozo cerca de su casa a
tomar el sol, donde le gustaba sentarse a estirar sus orejas y a beber agua
fresquita del pozo.
Pero un día que estaba tranquilo cerca del pozo, vio como se
acercaba por sorpresa el Lobo Malo que atemorizaba a todos los vecinos de la
zona y que con su escopeta los robaba y daba palizas.
Como lo descubrió cuando estaba cerca de él, ya no le daba
tiempo de escapar y ponerse a salvo en su casa, por lo que tuvo que pensar
rápido un plan.
El Lobo Malo se acercó y le dijo al conejo Perico:
-Manos arriba y dame todo lo que tengas de valor, o te daré
una paliza.
El conejo Perico, haciendo como si no lo hubiese escuchado,
empezó a hablar entre sollozos.
-Hay que mala suerte tengo, que se me ha caído al pozo mi
medalla de oro, que me regalo mi abuelita.
El Lobo Malo, al escuchar la palabra oro, se le pusieron las
orejas de punta y enseguida pensó en robar esa medalla de oro.
-¿Dónde se ha caído la medalla de oro? Le preguntó el Lobo
Malo al conejo Perico.
-Al fondo del pozo contestó el conejo.
Sin pensárselo dos veces, el Lobo que además era un poco
bobo, se quitó la ropa y la dejó junto al pozo, al igual que su escopeta.
Se agarro a la cuerda de sacar agua y descendió hasta el
fondo del pozo.
-¿Por qué parte se cayó la medalla? Pregunto al conejo
Perico.
-Creo que por la derecha, contestó este, mientras se
aguantaba la risa.
-No veo nada, decía el Lobo Malo
-Busca por la izquierda, dijo el conejo mientras ya se reía
de manera descarada.
-¿De que te ríes? Le gritó el Lobo Malo.
-Me río porque has venido a robarme y ahora seré yo quien te
quite tu ropa y tu escopeta, para que no puedas hacer daño a nadie más y para
que te sirva de escarmiento y no vuelvas a robar a la gente buena.
El Lobo Malo pasó un buen rato dentro del pozo hasta que
pudo salir y tuvo que volver a su casa desnudo.
El Conejo Perico consiguió gracias a su ingenio evitar que
el Lobo Malo le robase y al mismo tiempo le dio una lección.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN
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